Bañera bebé
Mucho se ha dicho sobre la frecuencia del baño del bebé. Indiscutiblemente, su piel es más delicada y vulnerable que la de un adulto. Pero la presencia de una capa ácida que le protege de los gérmenes, la grasa y el sudor, explica por qué un baño diario resulta innecesario. No obstante, eso no significa que debas dejar de lado la elección de una buena bañera de bebé.
Especialistas indican que desde el nacimiento y hasta los 6 o 12 meses, el baño podría resumirse a tres o cuatro jornadas por semana, pero dependerá de los requerimientos individuales de cada bebé. Si regurgita, se le escapa la orina o hace la caca con demasiada regularidad, quizás haya que incrementar la periodicidad. Lo que sí es indispensable, es la creación de un espacio cómodo, protegido y agradable, que implica la presencia de una bañera.
Tipos de bañeras de bebé
La mayoría de los bebés disfrutan con el agua. De allí que el momento del baño se convierte en algo más que una simple rutina de higiene. Es la ocasión perfecta para jugar, reír, balbucear y chapotear, una experiencia por demás gratificante para ellos.
Escoger una confortable bañera de bebé, que le permita hacer ruidos en el agua, golpeándola con las manos o los pies, es lo menos que puedes hacer para ver a tu hijo feliz. Y aunque las opciones son innumerables, hay dos modelos que garantizarán su disfrute y te brindarán herramientas para llevar a cabo esta práctica de la manera más segura posible.
1. Bañera plegable. Una de sus principales cualidades es la facilidad de almacenamiento y movimiento. Hay diseños con patas largas que admiten diferentes posiciones, para evitar malas posturas. Y modelos de plástico flexible, que pueden colocarse sobre una mesa o sobre el lavabo, para después plegarlos y colgarlos hasta su próximo uso. Incluso, pueden contener bandejas organizadoras y/o cambiador.
2. Bañera cambiador. Muchas de las bañeras para bebé que se ofrecen hoy en día se pliegan e incorporan cambiador. Por lo general van dispuestas sobre una estructura metálica a la altura de la cintura o de las caderas, algo especialmente valorado por los padres que sufren de padecimientos lumbares. Las bases son antideslizantes, la bañera en sí muy ergonómica y-para quien lo prefiera-puede incluir un mueble con gavetas, para colocar las pertenencias del pequeño. Los modelos más modernos incluyen termómetro para regular la temperatura del agua.
Usos de la bañera bebé
Las bañeras para bebé no tienen más propósito que el de proveer un espacio confortable y seguro para la ducha de los niños. Se suelen emplear desde el nacimiento hasta los 12 meses, dependiendo de las dimensiones del producto en sí y de la evolución del pequeño. Hay chicos de ocho meses que aparentan ser mayores, por lo que quizás deban prescindir de su uso más rápidamente.
Hay diseños para ser instalados en el baño, dispuestos en un área fija de la habitación o trasladados al patio, para que el niño goce del buen tiempo de verano. Pero más allá de eso, lo verdaderamente importante, es la calidad de sus materiales, su estabilidad y sus proporciones. Según tus necesidades, podrás adquirir una bañera plegable, con cambiador o con mueble, e incluso una bañera hinchable que podrás llevar cuando salgas de viaje.
La variedad es realmente amplia. De hecho, encontrarás bañeras compactas que mantienen al niño sentado y erguido durante el baño. El fondo suele ser más angosto, el respaldo almohadillado y el material antideslizante. Se pueden transportar, y el tapón adaptado en uno de sus costados facilita el vaciado. Para los recién nacidos pudiese ser una buena opción, ya que disminuyen la probabilidad de que el bebé se nos resbale.
6 consejos para elegir la bañera del bebé
La estética cuenta, sí, pero al elegir la bañera del bebé es preciso pensar en su utilidad, y en otros detalles que aseguren su resguardo. Si estás indecisa, deberías atender a estas sencillas recomendaciones:
- Elige un material que no se rompa ni deforme con el peso del bebé.
- Asegúrate que los bordes sean rectos, para evitar daños.
- Comprueba la estabilidad. Es vital que no se tambalee.
- Fíjate en el sistema de vaciado. Tendrás que hacerlo a diario.
- Confirma que sea antideslizante y si tiene respaldo, mucho mejor.
- Evalúa que cumpla con las normas de seguridad establecidas.